La atención primaria comprende:
1. La asistencia sanitaria a demanda, programada y urgente.
2. La indicación o prescripción y la realización, en su caso, de procedimientos diagnósticos
y terapéuticos.
3. Las actividades en materia de prevención, promoción de la salud, atención familiar
y atención comunitaria.
4. Las actividades de información y vigilancia en la protección de la salud.
5. La rehabilitación básica.
6. Las atenciones y servicios específicos relativos a la mujer, la infancia, la adolescencia,
los adultos, la tercera edad, los grupos de riesgo y los enfermos crónicos.
7. La atención paliativa a enfermos terminales.
8. La atención a la salud mental, en coordinación con los servicios de atención especializada.
El médico de cabecera es el que conoce a fondo al paciente, sus expectativas de vida, su situación personal, familiar y social,
sus problemas de salud de distintos aparatos y sistemas y su historia global, y por ello está capacitado para decidir junto al propio
paciente el tratamiento a seguir y los objetivos a lograr.
Garantizar unos cuidados de salud de calidad implica que pacientes y médicos se conozcan, respeten y ayuden para colaborar
de la mejor forma. De este modo los pacientes podrán recibir los mejores cuidados y los médicos podrán desarrollar su vocación
y su función de manera óptima.
Los médicos especialistas deben actuar como consultores. Es decir, que su atención por norma es episódica y deben ceder
el seguimiento del paciente al médico de cabecera.